Una de las entradas que no podía faltar en nuestro blog de educación canina, la gestión de las primeras visitas al veterinario.
Como ya sabes, en los últimos blogs proponemos soluciones a diferentes situaciones en las que te puedes encontrar en el día a día con tu perro. Miramos de dar nuestro punto de vista y darte pautas para mejorar la calidad de vida de tu compañero. Por eso no podía faltar esta entrada; ¿cómo podemos hacer que nuestro perro no lo pase mal en una visita al veterinario?
Está claro que una de las responsabilidades más destacadas a la hora de adoptar un perro es que debemos llevarlo periódicamente al veterinario. Sea un cachorro o un adulto, el control de su salud es una de las cosas más importantes para asegurar una vida feliz a nuestro perro.
Llévalo el primer día, antes de llegar a casa. De este modo evitarás cualquier posible transmisión de enfermedades o parásitos, especialmente si tienes niños en casa o algun animal.
En esta entrada vamos a centrarnos en hacer de la experiencia un momento positivo o, más o menos llevadero, para el animal.
Una de las cosas más importantes: La clínica veterinaria.
Busca información sobre diferentes clínicas veterinarias, conoce a los profesionales que trabajan en ella, qué servicios ofrecen y cómo tratan al animal. Es indispensable que nuestro perro reciba la atención que necesita: paciencia, profesionalidad y conocimientos básicos sobre psicología canina.
Todos queremos que se adapten a las necesidades de nuestro perro, tanto físicas como conductuales. Pero… ¿conocen a nuestro perro? esta será nuestra labor.
Ves más de una vez a la clínica, antes del día de la revisión:
- Ves a la clínica y cómprale algún premio o juguete, dáselo in situ.
- Preséntale al que será su veterinario/a y que interactúe con él.
Si tu perro es un poco tímido, recuerda.. ¡no tenéis prisa! Ese día no lo van a visitar. Deja que sea el perro quien decida acercarse al veterinario. No es necesario el contacto, sí una buena experiencia.
- Deja que olisquee la zona para que las próximas veces la reconozca más rápidamente.
- Evita conflictos: en una clínica veterinaria hay perros con dolor, una de las principales causas de la agresividad. Evita las aproximaciones a otros perros y desconocidos o pregunta si tu perro puede acercarse.
- Momentos de relajación: vamos a enseñarle a tener momentos de calma dentro de la clínica, este trabajo lo iniciaremos en casa para después aplicarlo con más efectividad y seguridad en la clínica.
Puedes pedirle un sentado o un tumbado y premiarle por mantener la posición y no levantarse. Es probable que muchas veces tengáis que esperar a ser atendidos, por eso queremos que sepa esperar.
No te conformes con una sola visita, acércate dando un paseo más de una vez.
Para poder promover con más facilidad la calma, ayudará mucho a tu perro que vayas a la clínica después de haber paseado y jugado con él.
¡Tienes trabajo en casa!
Si no en todas, en la mayoría de las visitas el veterinario explorará a tu perro para comprobar que todo esté correctamente. Eso implica que manipule su cuerpo de un modo poco habitual, al que no suelen estar acostumbrados.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Replicar una visita al veterinario en casa, teniendo en cuenta la personalidad y miedos de tu compi.
Vamos a manipular a nuestro perro en momentos tranquilos y sin prisa, queremos que confíe en nosotros y no huya ni se asuste.
Premia a tu perro por tolerar la manipulación, es importante tener en mente: hay premios mientras te manipulo, desaparecen los premios cuando dejo de manipularte.
Para ello es necesario saber qué zonas pueden ser más conflictivas a la hora de manipular a nuestro peludo: patas, cara, orejas, cola, zona íntima.
Si tu perro tiene una mala asociación por dolor o maltrato contacta con nosotros, podemos darte pautas y ayudarte.
Escrito por: Helena Castro
Bewoof.